30
familias
por año era
el promedio
de éxodos
en Murta
antes de la
conectividad
Antonio Quiroz, ganadero de Bahía Murta,
región de Aysén
Pero cómo vas a salir en piyama, Antonio, por Dios, le dijo Brígida
a su marido sujetándolo del brazo, esa mañana en que Antonio
Quiroz, de pura felicidad y sin que la lluvia lo amilanara, ya estaba
saliendo así, en piyama, por Dios, para subirse a la camioneta y
empezar a gritar, gritar, gritar, por todo el pueblo, para que supieran
que ahora, por fin, dejaban de estar abandonados.
Porque en Bahía Murta, un pequeño poblado ubicado en la Región
de Aysén, estaban abandonados. Por la geografía, por el clima, por
las distancias. A-ban-do-na-dos. A Antonio le gusta decirlo así,
marcando las sílabas separadas, enfatizando que aunque ahora
tienen señal para celular, conexión a internet y un camino ripiado
que los comunica en cuatro horas con Coyhaique, los recuerdos de
los tiempos duros siguen latentes.
Esa mañana, en que a él como presidente de la junta de vecinos
le informaron que la antena que por fin los conectaría ya estaba
funcionando, Antonio llegó a cada casa del pueblo en su camioneta,