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Los apoderados están muy
contentos de que se incorpore
internet en la enseñanza.
Después de séptimo
básico, los niños
deben trasladarse
a Corral.
va a ser algo mecánico. El chico puede adoptar estas herramientas
en un futuro no tan lejano, con competencias para desenvolverse,
pero para eso hay que saber guiarlo”.
Lo principal para su objetivo es que, por una parte, es más fácil
trabajar con niños, por esa esponjosa capacidad de retener todo
lo que se les dice. Y por otro lado, en Huape, Javier Guaitiao se
encontró con un escenario muy especial: “Vengo de Valdivia y hay
un contraste. Si bien acá se manejan los conceptos tecnológicos
como en la ciudad, también acá hay una mejor conducta. Aquí
son más moldeables, lo que es un interesante factor para que
haya una mejor educación. Es más fácil crear los hábitos. Los
apoderados están muy contentos de que incorporemos internet en
la enseñanza y los invitamos, a través de talleres de inducción, a
que sean parte y supervisores de este aprendizaje. Lo que el niño
aprende lo puede llevar a la realidad misma. Se nos abren puertas,
visitamos sitios muy lejanos que quizás no vamos a conocer nunca.
Por ejemplo, tenemos un taller de reserva costera, con clases
con guarda parques, y conectamos ese conocimiento para ver
otros patrimonios”.
Esa primera semana, todos se quedaron pasmados. Elsa Noelia
Díaz, por ejemplo, lleva 30 años trabajando en la escuela como la
Tía Noe y sueña con tener más tiempo para ver a sus hijas, una en
Panguipulli y otra en Puerto Montt. Cuando llegó el celular, el deseo
se le hizo más cercano. Desde entonces, habla todos los días con
ellas y con sus nietos, sobre todo los fines de semana, en que su