132
mil
minutos se
hablaron
por celular
durante
diciembre
en Huape
Javier Guaitiao, profesor de la Escuela de Huape,
región de Los Ríos
Es en el patio de la escuela de Huape donde se notaron las primeras
señas del cambio. Hasta hace apenas un par de años, todos los
santos inviernos, los dioses castigaban a este poblado de 300
habitantes desatando esos espantosos temporales interminables
que, entre otros estragos, cortaban el camino de 20 kilómetros
hacia Corral, la única manera que tenían en el pueblo para salir
hacia el resto del mundo.
En esos meses oscuros, el desamparo era absoluto. Elsa Noelia
Díaz, la auxiliar de la escuela a la que conocen como la “tía Noe”,
se tapa los ojos con la palma de la mano para no querer revivir lo
que recuerda. En su cara cubierta vuelve a sentir el aislamiento,
como todos en el pueblo cuando una urgencia –un enfermo,
un velorio, un parto– ya no se podía resolver con la buena
voluntad de los huapeninos y entre todos, por ese estorbo que se
produce cuando nadie sabe cómo hacer lo que hay que hacer, se
quedaban paralizados.