60
2º
lugar
en el
Simce de
Arica 2012:
162
puntos
niños acostumbrados a vivir en el pasado es realmente un milagro
caído del cielo, pero no por eso van a dejar de maravillarse con los
privilegios que tienen en esta tierra. Yo les inculco que ahora que
conocen el mundo sientan que son otros los que envidiarían tener
lo que ellos poseen”.
Por eso, los recreos están volviendo paso a paso a vivirse como
en los otros tiempos, sin dejar de maravillarse. El tacataca, que
enfrenta a monos azules con albos, es ahora un estadio europeo y
los chicos hablan de Messi, de Ronaldo, de Alexis Sánchez, como si
estuvieran ahí, adentro, pateando la bolita de madera. Las niñas han
vuelto a saltar la cuerda, pero ahora la ronda no se pasa cantando
algo infantil. Ahora conocen a Violetta.
Ahora también conocen al Presidente. Una niña rectifica: “¿Alan
García”. No pues, señor, él era el presidente de allá”, dice y apunta
hacia Perú, que también ahora queda mucho más cerca.
Hugo Cerda se emociona con los logros y le parpadean los labios
cuando con cada dedo va girando los anillos que detallan por él
los planes que tiene en su horizonte. Gol de Messi, y los niños ríen.
Violetta sigue cantando, y las niñas saltan. Aquí está su vida. Aquí
tiene una familia. La otra, la de sangre, la tiene en Arica, cada vez
más al alcance del celular. Cada vez más cerca.
“De acá no me muevo”, dice, y se ríe. Menos ahora que el tiempo
se encargó de esconderle la maleta. Ahí adentro, debajo de la
camisa, Hugo Cerda sabe que aún queda mucho por hacer con esta
locura prometida.