Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  106 / 110 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 106 / 110 Next Page
Page Background

104

“ahora con

el celular,

nos llaman

y nos

ubican

altiro”

nublados. “Fue un sueño, porque empezamos a crecer y logramos

mantenernos –dice Margarita–. Desde entonces, usamos internet y

el celular para darnos a conocer, para cotizar eventos y para que el

negocio fluya con mayor rapidez”.

Gracias a la comunicación, los turistas que vienen de paso para

recorrer la reserva costera valdiviana, en manos de la fundación

ambientalista TNC, se entusiasman con la oferta de comida

mapuche de “La Chalito” y se quedan unas horas más en el pueblo.

Es entonces cuando las mil manos del grupo se afanan en las

empanadas, los caldillos y los curantos. En entonces cuando la

orquesta empieza a tocar.

“Nos cambió la vida, porque antes teníamos el teléfono fijo allá

arriba, en nuestras casas, y nadie podía subir a contestarlo.

Perdíamos muchos pedidos. A veces dejábamos al abuelo para que

él contestara, pero se le olvidaban los recados. Entonces, ahora con

el celular, nos llaman y nos ubican altiro”, dice Leontina.

A través de internet se enteraron de un nuevo proyecto que se

adjudicaron con la Conadi, para ampliar el local y para remodelar

los baños que reciben a los adultos mayores. Para mostrar su

impresión, Margarita se lleva las manos a la boca y se la deja

salpicada con batido. “Ahora no me imagino qué sería de nosotras,

de nuestro negocio, sin estar conectadas”, dice, sin dejar de freír.

Justo llaman al celular de Margarita. Un pedido extra para un

cóctel las mantendrá ocupadas toda la tarde. Margarita mira a

sus socias, sólo las mira, y sonríe, mientras se seca las mil manos

con el delantal. Las otras asienten. “Si seguimos creciendo, que se

afirmen los maridos”, dice Leontina, con harina hasta en las cejas,

tan feliz que se le va la boca en cada risa. Ellas ya saben que esto

recién comienza y que la orquesta no dejará de sonar.