CONECTANDO CHILE

62 puede que nunca sepamos de donde viene la influencia cata - clísmica que hace que en esta zona todo parezca dinámico, móvil, cambiante. Mutan la tierra, las arenas y las aguas. Lo mismo ocurre con las actividades económicas, nace y crece el turismo, se extingue lentamente un oficio tradicional: el pescador de río. No es porque los pejerreyes se hayan ido, siguen ahí. Son los jóvenes los que ya no están dispuestos a ganarle al sol por las mañanas y a jugarse su futuro en la apuesta de las redes. Los que recorren el Mataquito en sus pequeñas embarcaciones cada vez tienen más arrugas en sus rostros y más historias que contar. “En el sindicato de pescadores de río quedamos sólo 13” , asegura don José. “Hemos pasado la vida en esto. No falta el que tiene diabe - t e s o p r ob l ema s c a rd í a c o s . Aho r a , t odo s no s emba r c amo s c on nue s t r o s c e l u l a r e s . Ya no e s t amo s s o l o s s i s e p r oduc e una emergencia. También, la señal es fundamental para el negoc i o . Llamamo s al c l i ent e y vi ene a bus car l o s produc - tos hasta el bote”, aclara don José. Además de arrendar cabañas, Mavet atiende su pescade - ría. Durante el verano el trabajo es incesante, es la época

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