TODO CHILE COMUNICADO

39 ¡Checho, hay que sacar el bote! el pueblo: el de la pensión de don Beña, el de la casa del ahora diputado Iván Fuentes, el del vecino que dejó el gas encendido, el de la casa donde murió un abuelo con su nieto… No se olvida que, después de todo, el humo es lo último que se va. Esa vez, caminó hasta los pies de la casa donde se había iniciado todo. Se metió entre los esqueletos de las paredes aún quemadas, aún mojadas, y se fijó que lo único que se seguía moviendo en la penumbra era, precisamente, el humo. Entonces lo decidió. No alcanzó a llegar donde Checho, que ya tenía el bote listo para volver a casa. Le gritó desde los escombros. “¡Checho, ven. Necesito decirte algo!” En Puerto Aguirre no hay una sola certeza. Como suele ocurrir con las islas, la vida en esta zona del archipiélago de las Huichas está inevitablemente amarrada a una serie de hilos que maneja el destino. Uno de estos hilos es el acceso: llegar implica haber zigzagueado un día entero a través de los canales más estrechos y traicioneros de Chile o bien haber navegado cuatro horas en el transbordador que cruza desde Puerto Chacabuco, en la región de Aysén. Otro hilo es el clima: aquí dicen que llueve ocho días a la semana y el promedio, implacable, lo corrobora: 2.961 milímetros de precipitaciones por temporada que, además de correr calles abajo por el cerro donde el ex Presidente Pedro Aguirre Cerda fundó el pueblo en los años cuarenta, provoca que sea imposible saber si llegarán las embarcaciones con alimentos, medicinas, combustibles y con el agua para llenar el carro bomba en caso de una emergencia.

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